viernes, 9 de enero de 2009

Centro de Rescate Santa Marta


HACIENDA SANTA MARTA

PROTAGONISTAS

HACIENDA SANTA MARTA

OSO ANDINO EN PELIGRO DE EXTINCIÓN

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Recorrido

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Un pequeño recorrido




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Contada con fotos
















Un coatí ciego que responde a los sensaciones que le favorecen sus otros sentidos. Fueron quemadas sus córneas en algún acto del circo que fue rescatado.



¿Leones en Tambillo? Sí, en la Hacienda Santa Marta (Centro de Rescate) uno de los leones nació allí y se encuentra en perfectas condiciones.



Hermoso tucán que se pasea por el terreno. Ahora ya sin ninguna complicación en su pico. Se relaciona con las demás aves del lugar.


Vio el lente de la cámara y se volvió loco. Suponemos que fue una manera peculiar y extraña de saludarnos. Se movía por todos los rincones de la jaula y destrozó un envase de leche para la fotografía.
















Las galápagos. Les pescamos en plena comida. Eran las 13:25 p.m y tenían puesta la comida desde las 9:00 a.m. y no iban ni siquiera por la mitad.




Nos dio la bienvenida y nos salió a despedir. Permaneció en ese lugar hasta que subimos al carro y nos fuimos. Una de las aves más maltratadas por su dueño en un “hogar”.




Un pequeño tigrillo llegado la mañana anterior. Todavía se encontraba en la jaulita de viaje. Seguía asustado y triste.

"Me concentro en la satisfacción de ver feliz a un animal"


La gran mayoría de las personas cree que la hospitalidad es uno de valores que se desarrolla más en el ser humano, pero para Johnny Córdova, director del Centro de Rescate Santa Marta, este valor es el único que debería conservarse hasta la eternidad en el hombre. Su sonrisa refleja lo satisfecho que se encuentra con el trabajo que está realizando al salvar varias vidas de animales que llegan en pésimas condiciones al Centro. Johnny nos cuenta un poco de la manera en que se desarrollan las actividades en el lugar.

¿Cuándo empezó?
Este proyecto se inició en el año 2000 cuando iba por la carretera para llegar al Oriente y encontré un monito totalmente maltratado y lo cogí para curarlo y después de un tiempo regresarlo a su casa. Hice algunos papeles para que no se crea que tengo un animal de esos como mascota y así comenzó todo.

¿Cuál es el objetivo?
Tratar de alguna manera conservar algunas especies de animales que se encuentran en peligro de extinción, además creo que mi objetivo va más allá y se concentra en la satisfacción de ver feliz a un animal.

¿Cuántas personas son?
Somos mi esposa y yo la cabeza de todo. Constantemente nos visitan voluntarios y estudiantes que son con las personas que contamos para que todo siga creciendo.

¿Cómo se financian?
Esto es una autogestión. No es financiad por ninguna ONG y mucho menos por el Gobierno o por el Ministerio del Medio Ambiente. Las únicas contribuciones que se reciben son las de las instituciones que nos visitan con alumnos y las de algunos voluntarios que quieren contribuir con comida y sobretodo con el espíritu de colaboración.

¿Con quiénes trabajan?
Estamos directamente vinculados con la UPMA Unidad de Protección del Medio Ambiente y con la Policía de Medio Ambiente con la que hemos ido a algunos operativos para decomisar y rescatar a varios animales supuestamente “caseros” como un caimán que lo tenían como mascota. He podido ver tanta crueldad que no me asombraría ver a un oso panda de mascota.

El Centro de Rescate Santa Marta es un lugar donde el amor y el respeto a la vida es la base fundamental. Los animales son parte de esa vida y definitivamente son el complemento perfecto de la nuestra.

Voluntaria en Ecuador

Alyssa Diermissen





Alemana de 22 años. Totalmente feliz y satisfecha por el trabajo que viene realizando desde hace cuatro meses atrás en el Centro de Rescate Santa Marta. La encontramos justo en la limpieza de las piscinas de las tortugas, “ellas necesitan siempre una limpieza de su hogar” nos comenta sonriendo.
Está en el Ecuador desde hace casi seis meses y su objetivo desde el primer momento que pisó suelo ecuatoriano fue ser voluntaria en algún campamento donde haya animales por cuidar, proteger o curar. “Esa fue la primera idea que se cruzó por mi mente cuando decidí venir al Ecuador. Me encanta lo que hago”. Alyssa es una de las voluntarias que más tiempo ha permanecido en el Centro, además de aportar con todo el conocimiento que trajo desde su país, Alemania.

Siente que es una de las experiencias más enriquecedoras que ha tenido en su vida, “este no es un zoológico normal, aquí se atienden a animales que vienen sufriendo, en manos de gente que no ama la naturaleza”. El primer día que llegó al Centro le pareció un trabajo poco difícil porque no había muchos animales por atender, después de un mes los operativos con la Policía del Medio Ambiente se intensificaron y la mayoría de los circos se quedaban sin los reyes de sus espectáculos; es ahí donde Alyssa empezó a sentir la presión de mantener vivas varias especies en peligro de extinción. “La mayoría de animales que llegan al Centro son los que están en peligro de desaparecer, yo cuidé de la pacharaca (ave silvestre muy común en Guayas y Manabí) desde el primer minuto y ahora vive normalmente”.

Por último Alyssa nos cuenta que lastimosamente hasta ahora no han llegado voluntarios ecuatorianos, “el Centro tiene que esperar que algún extranjero se interese y acepte brindarles su ayuda para que puedan avanzar”.
Los ecuatorianos debemos hacer propio lo que por obligación nos pertenece. La responsabilidad con el medio ambiente, en este caso especial, con los animales es nuestra.

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jueves, 8 de enero de 2009

Rescatados y bien tratados

¿Se imaginan al rey de la selva sin su melena? Sería como tratar de comer una hamburguesa sin carne, o talvez, un hot dog sin su respectiva salchicha. Y, peor aún, ni existiría la famosa película “El Rey León” que hasta nos hizo llorar alguna vez, cuando Mufasa cayó al vacío y murió (muchos lloramos con esa escena).

Pero la realidad está muy lejana a la película infantil. Un león castrado. Varias aves cortadas las guías que les permitían volar. Tortugas abaleadas. Un coatí ciego. Y alrededor de 40 especies de animales más que, con una serie de afecciones en su salud llegaron al Centro de Rescate Santa Marta, ubicado en Tambillo, a una hora de la ciudad de Quito.

Camino hacia...

Llegamos a la parroquia de Tambillo. Cruzamos los rieles del tren y empieza el camino hacia el Centro de Rescate. Una calle angosta y empedrada, algunas casas y árboles a los lados de la vía. La referencia era pasar el cementerio, de ahí todo derecho y seguir unos 15 o 20 minutos por el mismo camino empedrado. Los carros que quieren llegar deben ser altos por las condiciones del sendero.





Comienza el recorrido

Es la entrada a una hacienda, y a simple vista parecería que no tiene nada extraordinario. Dos perros de raza pastor alemán nos reciben, sus ladridos son el timbre de la casa. Patricia LLumiquinga, propietaria, nos da la bienvenida y así comienza el recorrido de apenas una pequeña parte de las 17 hectáreas que contiene el Centro.

El gran terreno está dividido en dos secciones: los animales pequeños y los grandes. Y para empezar, los primeros en aparecer son los inquietos monos, ubicados en un lugar específico y con todos los elementos necesarios para que se sientan en su entorno real. Enseguida vemos en escena al coatí, el cual desarrolló un tanto más los cuatro sentidos que le quedaron, a raíz de su ceguera, por causa de una quemazón en sus córneas.




Animales como: el coatí, los leones, el oso de anteojos y algunos monos son los que más problemas presentan al momento de llegar al Centro, pero todos comparten la misma escuela de maltrato: el circo. Seres humanos que olvidaron por completo lo que significan estos animales en el planeta. Hombres que lo único que quieren es obtener dinero a costa de la mortificación a aquellos seres vivos que no se pueden defender de la misma manera que ellos. Definitivamente, personas sin escrúpulos y con el concepto de crueldad como bandera y sin ningún sentido de conservación de la naturaleza.

Los protagonistas

Después llegó una especie de jaula para los leones, que junto al espacio que ocupan los galápagos, son los lugares que más llama la atención en los visitantes del Centro. Los y las leonas se encuentran en gran parte del terreno, dividido apenas por mallas para que no se sientan encerrados. Patricia nos cuenta que uno de ellos nació allí, es el que se encuentra en las mejores condiciones y totalmente habituado.
Y por su parte, los galápagos por ser animales poco comunes en la región son los que también se llevan todas las miradas y atraen de manera especial por su manera tan peculiar y lenta para comer.

Están las aves, las tortugas más pequeñas, el tigrillo... y además en la parte de abajo del Centro se encuentran tres pumas, una leona ciega, una jaguar y un oso de anteojos, para los cuales se complica un poco el acceso de visitas por el mal estado del camino.




Lo podemos hacer

Termina el recorrido. Dura aproximadamente una hora. Se conjugan sentimientos: impotencia, tristeza y alegría. Los vemos en recuperación y algunos ya totalmente sanos. Todo está en nuestras manos: el maltrato o la salvación. Siempre podemos hacer algo por este mundo, nuestro mundo.

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