Alyssa Diermissen
Alemana de 22 años. Totalmente feliz y satisfecha por el trabajo que viene realizando desde hace cuatro meses atrás en el Centro de Rescate Santa Marta. La encontramos justo en la limpieza de las piscinas de las tortugas, “ellas necesitan siempre una limpieza de su hogar” nos comenta sonriendo.
Está en el Ecuador desde hace casi seis meses y su objetivo desde el primer momento que pisó suelo ecuatoriano fue ser voluntaria en algún campamento donde haya animales por cuidar, proteger o curar. “Esa fue la primera idea que se cruzó por mi mente cuando decidí venir al Ecuador. Me encanta lo que hago”. Alyssa es una de las voluntarias que más tiempo ha permanecido en el Centro, además de aportar con todo el conocimiento que trajo desde su país, Alemania.
Siente que es una de las experiencias más enriquecedoras que ha tenido en su vida, “este no es un zoológico normal, aquí se atienden a animales que vienen sufriendo, en manos de gente que no ama la naturaleza”. El primer día que llegó al Centro le pareció un trabajo poco difícil porque no había muchos animales por atender, después de un mes los operativos con la Policía del Medio Ambiente se intensificaron y la mayoría de los circos se quedaban sin los reyes de sus espectáculos; es ahí donde Alyssa empezó a sentir la presión de mantener vivas varias especies en peligro de extinción. “La mayoría de animales que llegan al Centro son los que están en peligro de desaparecer, yo cuidé de la pacharaca (ave silvestre muy común en Guayas y Manabí) desde el primer minuto y ahora vive normalmente”.
Por último Alyssa nos cuenta que lastimosamente hasta ahora no han llegado voluntarios ecuatorianos, “el Centro tiene que esperar que algún extranjero se interese y acepte brindarles su ayuda para que puedan avanzar”.
Los ecuatorianos debemos hacer propio lo que por obligación nos pertenece. La responsabilidad con el medio ambiente, en este caso especial, con los animales es nuestra.
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