jueves, 8 de enero de 2009

Rescatados y bien tratados

¿Se imaginan al rey de la selva sin su melena? Sería como tratar de comer una hamburguesa sin carne, o talvez, un hot dog sin su respectiva salchicha. Y, peor aún, ni existiría la famosa película “El Rey León” que hasta nos hizo llorar alguna vez, cuando Mufasa cayó al vacío y murió (muchos lloramos con esa escena).

Pero la realidad está muy lejana a la película infantil. Un león castrado. Varias aves cortadas las guías que les permitían volar. Tortugas abaleadas. Un coatí ciego. Y alrededor de 40 especies de animales más que, con una serie de afecciones en su salud llegaron al Centro de Rescate Santa Marta, ubicado en Tambillo, a una hora de la ciudad de Quito.

Camino hacia...

Llegamos a la parroquia de Tambillo. Cruzamos los rieles del tren y empieza el camino hacia el Centro de Rescate. Una calle angosta y empedrada, algunas casas y árboles a los lados de la vía. La referencia era pasar el cementerio, de ahí todo derecho y seguir unos 15 o 20 minutos por el mismo camino empedrado. Los carros que quieren llegar deben ser altos por las condiciones del sendero.





Comienza el recorrido

Es la entrada a una hacienda, y a simple vista parecería que no tiene nada extraordinario. Dos perros de raza pastor alemán nos reciben, sus ladridos son el timbre de la casa. Patricia LLumiquinga, propietaria, nos da la bienvenida y así comienza el recorrido de apenas una pequeña parte de las 17 hectáreas que contiene el Centro.

El gran terreno está dividido en dos secciones: los animales pequeños y los grandes. Y para empezar, los primeros en aparecer son los inquietos monos, ubicados en un lugar específico y con todos los elementos necesarios para que se sientan en su entorno real. Enseguida vemos en escena al coatí, el cual desarrolló un tanto más los cuatro sentidos que le quedaron, a raíz de su ceguera, por causa de una quemazón en sus córneas.




Animales como: el coatí, los leones, el oso de anteojos y algunos monos son los que más problemas presentan al momento de llegar al Centro, pero todos comparten la misma escuela de maltrato: el circo. Seres humanos que olvidaron por completo lo que significan estos animales en el planeta. Hombres que lo único que quieren es obtener dinero a costa de la mortificación a aquellos seres vivos que no se pueden defender de la misma manera que ellos. Definitivamente, personas sin escrúpulos y con el concepto de crueldad como bandera y sin ningún sentido de conservación de la naturaleza.

Los protagonistas

Después llegó una especie de jaula para los leones, que junto al espacio que ocupan los galápagos, son los lugares que más llama la atención en los visitantes del Centro. Los y las leonas se encuentran en gran parte del terreno, dividido apenas por mallas para que no se sientan encerrados. Patricia nos cuenta que uno de ellos nació allí, es el que se encuentra en las mejores condiciones y totalmente habituado.
Y por su parte, los galápagos por ser animales poco comunes en la región son los que también se llevan todas las miradas y atraen de manera especial por su manera tan peculiar y lenta para comer.

Están las aves, las tortugas más pequeñas, el tigrillo... y además en la parte de abajo del Centro se encuentran tres pumas, una leona ciega, una jaguar y un oso de anteojos, para los cuales se complica un poco el acceso de visitas por el mal estado del camino.




Lo podemos hacer

Termina el recorrido. Dura aproximadamente una hora. Se conjugan sentimientos: impotencia, tristeza y alegría. Los vemos en recuperación y algunos ya totalmente sanos. Todo está en nuestras manos: el maltrato o la salvación. Siempre podemos hacer algo por este mundo, nuestro mundo.

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