Los dilemas éticos del periodismo
Los filósofos conceptúan la ética como el estudio de la conducta ideal. Sócrates afirmaba que el conocimiento más elevado, el de la sabiduría en la vida, es distinguir el bien del mal. No hay más de tres sistemas de ética. El primero expuesto por Buda y Jesús quienes consideran que todos los hombres son iguales, la mayor virtud es el amor y en política la democracia no tiene límites. La otra ética es la de Maquiavelo y Nietzsche, que aceptan la desigualdad entre los hombres, identifican la virtud con la fuerza, con lo cual en lo político cabe una aristocracia hereditaria. La tercera ética se deriva del pensamiento filosófico griego y es la mezcla de las dos anteriores porque sugiere que los hombres deben madurar su conciencia, identificando la virtud con la inteligencia para discernir políticamente cuando debe gobernarse con amor y cuando con fuerza y allí que se combina democracia con la aristocracia del talento.[1]
La ética es una sabiduría sumamente práctica aunque no útil por lo que los medios de comunicación no son creativos, son reiterativos y profundamente negativos: la crítica es común y es formulada de la misma forma por los gobiernos, las élites y la comunidad. Vivimos en el frágil triunfo de la información que nos lleva, corno se ha afirmado últimamente, a la crisis del periodismo. A partir de la presión demasiado fuerte de los hechos debido al presencialismo de la información, de la tentación del conformismo y de la reducción de la producción de la información a una gigantesca pirámide invertida, nos encontramos con que los acontecimientos siempre le ganan la partida al análisis. La formación de los futuros profesionales se circunscribe, en el peor de los casos, a una educación en las destrezas y rutinas técnicas, y no a una educación integral de destrezas éticas que ayudarán de forma significativa a conformar un criterio personal y profesional sobre la realidad informativa.[2]
Los medios se prestan para diferentes dilemas éticos. La ética periodística es algo muy difícil de seguir para algunos profesionales. Que no pueden pensar en los otros antes de escribir una nota. Que no piensan que el bien supremo de la información son las personas. Que toda la información que recolecten les pertenece sólo a ellos y a nadie más. Que no pueden ponerse en el lugar de la persona de la que van a tratar en su nota... Tantas y varios pretextos que parecería que en lugar de ser el oficio del periodismo algo no muy complicado. Cualquiera pensaría que nos están poniendo entre la espada y la pared antes de escribir cualquier nota para un periódico. Y esto de la ética no es tan complicado. No se hace lo que no nos gustaría que nos hagan no más, eso es en todo lo que hay que pensar. Pero los medios de comunicación deberían comunicar, aparte de su línea editorial o ideológica, rigiéndose a la ética que les pertenece y que deberían hacerle suya, que nunca se vaya del pensamiento del medio ni de los periodistas que trabajan en el mismo. La ética es un estado intrínsico del ser humano, debe nacer de cada uno, no se puede ir en contra de los propios valores concebidos como persona.
La ética tiene como objeto material de estudio todas aquellas acciones que el hombre pone en práctica a través del ejercicio de su razón y voluntad. Lo que pone de manifiesto que la libertad entra en ejercicio, realmente, cuando hemos de decidir sobre la adecuación de nuestras acciones con el fin que nos compete como hombres, y no sólo con el fin limitado o restringido de la técnica de cada acción.[3]
[1] Marcelo Merlo. La ética y lo jurídico legitiman el poder político. http://www.telegrafo.com.ec/ 31 de mayo de 2008. 15:56
[2] José Ángel Agejas, y Francisco José Serrano Oceja. Ética de la Comunicación y de la Información. 2002.
[3] José Ángel Agejas, y Francisco José Serrano Oceja. Ética de la Comunicación y de la Información. 2002.
[1] Marcelo Merlo. La ética y lo jurídico legitiman el poder político. http://www.telegrafo.com.ec/ 31 de mayo de 2008. 15:56
[2] José Ángel Agejas, y Francisco José Serrano Oceja. Ética de la Comunicación y de la Información. 2002.
[3] José Ángel Agejas, y Francisco José Serrano Oceja. Ética de la Comunicación y de la Información. 2002.
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